Somos seres integrativos por lo cual necesitamos de un equilibrio biopsicosocial para funcionar en los distintos roles cotidianos de nuestra vida.
Nos encontramos en un mundo que avanza rápido y constantemente nos presenta cambios o contigencias como las que vivimos hoy, sintiéndonos obligados a reinventarnos y adaptarnos de manera fulminante para no quedarnos en el intento, y es ahí en ese instante donde nuestro ser integrativo y dinámico se ve enfrentado a distintas emociones.